Mi aventura con los olmecas
En un lugar del estado de Veracruz
se encontraban unas personas que buscaban un lugar para habitar (su
cultura sería la primera en habitar estos lugares), este lugar debía tener
ciertas características para que pudiera ser habitable, necesitaban encontrar
un lugar alto en donde debía haber agua, árboles, barro, ese lugar llevaba por nombre san Lorenzo de
Tenochtitlan (vamos a escalar y saltar ríos),
gracias a los recursos que encontraban
dentro de ese cerro comenzaron a hacer las figuras en representación a sus
dioses (moldear figuras con barro y cemento), en ese mismo lugar crearon el gran
palacio rojo, en donde solo Vivian algunos de sus dioses, este palacio tenía
grandes esculturas por dentro era muy bonito e impresionante (todos nos
sorprendemos al llegar al gran palacio).
Construyeron las casas en las que iban a vivir, hicieron los utensilios
que ocuparían platos, cucharas, vasijas, empezaron a dividirse las tareas, algunos
harían sembrarían, algunas mujeres serían las amas de casa y como
diversión los hombres jugaban el “juego
de pelota” para no aburrirse en sus tiempos libres.
Una vez ya instalados en aquel lugar comenzaron las caserías, los
hombres salían para traer comida de vuelta a casa, sin embargo en el camino
podían toparse con varios peligros, (actúan algunos como cazadores y otros como
animales salvajes), por estos peligros algunos hombres no regresaban, pero
debían sacrificarse para poder sobrevivir y no pasar hambre. Hablando de sacrificio
lo que sucedía en tiempos especiales, como los solsticios o eclipses, los
sabios de las tribus comenzaban un ritual especial con el pueblo para que de
esta manera un valiente guerrero fuera sacrificado, incluso había ocasiones en
la que los ganadores de los juegos de pelota por el simple hecho de haber
ganado debían ser sacrificados, les sacaban el corazón aun latiendo y lo
ofrecían a los dioses en una mesa de sacrificios al finalizar los juegos de
pelota. (Actúan el sacrificio).
FIN
*No se realizó exposición en diapositivas o video
pero se recreó un museo cubriendo los tres tipos de visitantes y se hizo un
cuento motor*
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